El camino del emprendimiento está lleno de desafíos y aprendizajes. Los primeros pasos suelen ser inciertos, marcados por una constante búsqueda de oportunidades, donde muchas veces se trabaja más de lo esperado por menos de lo deseado. Este aparente retroceso inicial, lejos de ser un fracaso, puede convertirse en la clave del éxito si se aborda con estrategia.
La «Teoría del Trampolín» ofrece una perspectiva renovada para interpretar esta etapa inicial del emprendedor. Al igual que un trampolín, el cual cede bajo nuestro peso para darnos el impulso necesario, los esfuerzos iniciales en un negocio, aunque parezcan desproporcionados, son el fundamento para alcanzar alturas mayores.