Los seres humanos estamos programados para encontrar soluciones a los problemas que se nos presentan y en general eso está muy bien. Sin embargo, muchas veces nos apresuramos a encontrar esas soluciones y se nos olvida entender el porqué del problema y quién está sufriendo esa situación. Design Thinking es una metodología que busca entender el problema y el entorno de la situación, pero más importante aún, coloca al usuario en el centro del proceso. Esto permite generar empatía con esa persona, entender mejor sus necesidades y así encontrar una solución que realmente tenga un impacto en su vida. Pero, ¿cómo nos aseguramos que esa solución funcione? La otra característica fundamental del Design Thinking es el prototipado y validación de las soluciones encontradas, de manera que los mismos usuarios que se han identificado pueden probar las soluciones en una fase temprana y dar retroalimentación para hacer ajustes o modificar la idea por completo. Esto permite reducir costos y mitigar riesgos.